En la imagen Vera por Yulia Yadryshnikova
El perfil de esta semana es alguien a quien admiro y quiero mucho. Yulia es oro puro y por eso asumo el riesgo de que se me vea el plumero, porque la crítica objetiva en este caso confirma la altísima calidad que atraviesa todo su proyecto.
Le conocí en la primavera del 2010, en una mesa del IED Madrid cuando yo explicaba FASHION COMMUNICATION, el curso que dirigía entonces, a posibles futuros alumn+s. Yulia apareció radiante, impecable en su representación moda y sobre todo curiosa e informada y con una disposición entusiasta y colaborativa. Licenciada en Economía y Finanzas por la Universidad de Moscú, durante casi 7 años trabajó como Senior Manager en programas de captación de talento de la Dmitry Zimin Dynasty Foundation. Todo esto sin perder nunca la moda de vista y aplicando su olfato para conseguir una maravillosa selección de piezas compradas inteligentemente.
Esta madurez le permitió aprovechar de cabo a rabo la experiencia académica hasta darse cuenta, en su brillante proyecto final, de que lo que le gustaba realmente era el diseño y el patrón de las prendas -siempre picando alto a nivel de concepto e imagen-. Enamorada de Madrid decidió quedarse para desarrollar su marca desde aquí y criar a su hija Vera, arte en vena que acompaña a Yulia en su proceso creativo. Hablamos con ella.
1. Yulia tú trabajas siempre desde un plano conceptual y tus propuestas están repletas de referencias artísticas. Esto es algo relativamente habitual en el entorno de marcas nicho al que perteneces. Creo que en tu caso lo excepcional es el lugar central que juega el patronaje en el proceso de diseño. Háblanos de esto y de cómo el patrón es un objeto de creación en sí mismo más allá de su papel como herramienta.
Sí, es verdad que el patrón como un objeto de diseño siempre me ha hecho mucha ilusión. En realidad son trozos de papel que debes unir de una manera especial y después ¡VOILA! tienes un objeto voluminoso/3D.
Los primeros patrones que vi fueron los de la revista Burda Moden. Se parecían más a un mapa del tesoro que nunca vas a encontrar 🙂 Tengo un recuerdo muy bonito de mi infancia: mi madre me quería coser un vestido para una fiesta del colegio y por la noche la veía copiando las líneas de millones de líneas de estos «mapas misteriosos». Cuando me levanté por la mañana al día siguiente no había ni líneas, ni papeles, sino que me esperaba un vestido muy bonito. Y claro, creo que desde ese momento siempre sentía algo mágico cuando veía un patrón.
En 2017 en Madrid hice una exposición que se llamaba «El arte de la transformación. Caminos múltiples, visiones múltiples, recorridos múltiples: una indagación en torno a la complejidad y la belleza del patronaje». Esta instalación fue el resultado de múltiples viaje entre estos dos mundos (presente y futuro, 2D y 3D, concepto y objeto) y la realización de los correspondientes experimentos poéticos y formales. Quería presentar el patrón como objeto en dos dimensiones que sueña con convertirse en una prenda en tres dimensiones; un objeto de arte sin necesidad de transformarse en una prenda, ahondar en la adivinación (porque cuando ves patrones de papel sólo adivinar puedes qué volumen va a tener la prenda) y la arquitectura ideal.
Cuando planteo diseños casi siempre lo hago a través del patrón; me gusta cambiar los cortes, trasladar las pinzas para dar más o menos volumen, o solo con un corte «engañar» la silueta sin cambiarla realmente, hacer las líneas más curvas o más rectas. A veces trabajo con patrones de ropa de hombre haciendo unas pequeñas modificaciones y me salen unas siluetas interesantes. En realidad un patrón es como un plano arquitectónico, y la prenda es como un espacio, como tu primera casa pequeña que te representa. Con todo, y a pesar de mi pasión por el patrón, el protagonista siempre es una persona/un cuerpo que no es plano. Por eso juego entre estos dos mundos 3D y 2D a la hora de definir el concepto de cada colección.
2. Muchas veces hemos comentado la necesidad de explicar las peculiaridades de la escena moda en Rusia. Hace algunos años que Gosha Rubchinskiy abrió el baúl de la escena callejera underground de finales del SXX y la catapultó internacionalmente. Además se está consolidando un sistema moda nacional muy activo: marcas, publicaciones, escuelas… Cuéntamos más:
Gracias a Gosha, a su entorno y, claro, a Adrian Joffe que abrieron un poco la ventana al mercado internacional para los diseñadores rusos . Creo que desde este boom-éxito de Gosha muchas marcas emergentes/diseñadores jóvenes empezaron presentar sus colecciones en los showrooms en París, Milán, New York o Tokio. Desde ese momento fue como si estuviera confirmado que la moda en Rusia existiera.
Hay marcas que tienen más de 20 años y siguen existiendo y no son marcas grandes. Por ejemplo Nina Donis, que es mi marca rusa favorita, se vende en las tiendas más cool de Moscú, como KM20, Leform, TSUM.
Podría seleccionar algunas instituciones/organizaciones que cambian la percepción del diseño, el arte y la moda en Rusia: HSE ART AND DESIGN SCHOOL, STRELKA INSTITUTE, GARAGE MUSEUM.
3. ¿Qué opinas del momento que vive la industria de la en España? En sí misma y en comparación con la situación internacional.
Creo que las palabras claves son ESPERANZA e INCERTIDUMBRE :). Los medios, analíticos, periodistas, bloggers, todos intentan hacer unos pronósticos, pero en realidad nadie sabe qué pasará. Lo único que está claro es que la industria de moda está viviendo un periodo muy duro. Creo que la moda ha entrado en cuarentena con preguntas ya acumuladas: la contaminación ambiental, el consumismo, la apropiación, los estándares del modelos, el racismo, los cambios/las salidas del calendario, la cantidad de contenido visual, la digitalización como obligación, la velocidad de la creatividad y muchas más. La cuarentena aumentó estos problemas y agregó otros nuevos.
Me parece que la cantidad de dificultades es proporcional a lo que vivía la industria de moda de cada país antes de «la nueva normalidad». Justo ayer BoF publicó el preview del reporte «Estado de moda de 2021: ¿Puede la industria recuperarse el próximo año?». Analizan la situación en Europa, EEUU y Asia y cada mercado tiene sus pronósticos específicos dependiendo de la situación económica, política y epidemiológica. El crecimiento de mercado online (shopping online) es equivalente al crecimiento de los últimos 6 años. Por otro lado muchas marcas pequeñas o medianas se han cerrado o se van a cerrar (tanto en España como en otros países).
La historia nos ha ensañado muchas veces que cualquier crisis nos empuja a construir algo nuevo, cambiarnos, buscar caminos diferentes, y yo veo cosas positivas con las que podemos salir de esta crisis. Por ejemplo, la moda siempre estaba construida sobre un sentido de exclusividad y elitismo (en realidad es la base de su modelo económico) y ahora con la digitalización se convierte (poco a poco) a un sistema más horizontal y menos elitista. No son las primeras reinvenciones de la industria de moda, solo que ahora deberán suceder más rápido puesto que los ciclos son más cortos y creo que la regla general para cualquier industria/negocio/persona es ser flexible y adaptarse muy rápido a los cambios.
4. ¿Cuáles son en tu opinión los mayores retos para las marcas nicho/pequeñas en la actual situación de incertidumbre y de cambios?
¿Quién ahora necesita tanta ropa? ¿o zapatos? ¿o accesorios? Es una pregunta que me hago a mí misma desde hace mucho tiempo, pero ahora aún más. La pandemia demostró cuánto ropa innecesaria producimos y decidí reconsiderar mi enfoque de trabajo y negar las producciones/drops y producir solo por pedidos. Creo que ahora es un método de trabajo más adecuado y a la vez sostenible. Y veo que muchas marcas empiezan hacer lo mismo. Si podemos sobrevivir trabajando así, no te lo puedo decir 🙂 Como había dicho debemos ser flexibles y adaptarnos a los cambios. Finalmente ser creativo significa crear/diseñar/proponer algo nuevo cuando hay muchos límites.
Todas las imágenes cortesía de Yulia Yadryshnikova