Ha aprendido de Alessandro Michele en Gucci y de John Galliano en Maison Margiela, y ha trabajado en proyectos independientes y como consultora para Nike y Kanye West. Pero nadie es profeta en su tierra. Más conocida fuera que dentro de nuestras fronteras, la murciana Paula Cánovas del Vas se graduó en diseño de moda en la prestigiosa Central Saint Martins en 2018 y desde la presentación de su colección de máster ha ido acumulando hitos en su carrera y titulares en medios internacionales. Se han fijado en ella BoF, Dazed, i-D, Vogue, AnOther o NYTimes, entre muchos otros. Asistimos al primer capítulo de una prometedora carrera.
Crear en las intersecciones de las nuevas tecnologías, con la herencia familiar de la costura y la artesanía (su madre regentaba un atelier y confeccionaba vestidos de novia en su ciudad natal), y sumando referencias provenientes del mundo del diseño, el cine, la música, la arquitectura, la botánica o la literatura. Estos son los elementos que definirían el trabajo de la diseñadora, con colecciones y presentaciones que parten de planteamientos siempre disruptivos y que invitan a la reflexión.
Uno de sus focos de interés es la deconstrucción de los desfiles de moda al uso, que a través de la performance, el arte digital y la realidad virtual, replantea a nivel formal y conceptual. Si el formato tradicional ya estaba siendo revisado debido a su carácter monótono, efímero y perecedero, la emergencia sanitaria no ha hecho más que acelerar este proceso, fenómeno al que Cánovas se habría adelantado, trabajándolo desde hace un par de años.
Después de graduarse con honores en CSM, Cánovas fue invitada a exhibir su trabajo en el Palais de Tokio durante la Semana de la Moda de Alta Costura en París. Para la ocasión, se asoció con el también español, diseñador y compañero de clase Ernesto Naranjo. Objet Trouvé fue la presentación que el tándem creó en la que para escapar de la monotonía de los desfiles, simularon un concurso de belleza tomando a amigxs y familiares como modelos.
Para la presentación de la colección SS20 “See, Saw, Seen”, Cánovas junto a su equipo y el estudio NoGhost, fue un paso más allá e ideó una instalación de RV que presentaba modelos gigantes, asomando, mirando, intercambiando sus roles e inspeccionando a los espectadores. “Quería invertir los roles de la típica presentación de moda, y que el público fuera observado, mirado. Muy a menudo, cuando les pregunto a mis amigas cómo se sienten, cómo es ser mujer, coinciden en esta idea de ser observada y vigilada”, le contaba recientemente a i-D sobre el concepto de inclinación feminista de la instalación a medio camino entre la exposición, la performance y la realidad virtual.
Su característico estilo presenta una paleta de color poderosa con una fuerte presencia de colores flúor combinados con grises y negros, estampados ópticos de inspiración op art y de cierta estética retro futurista. A través de los volúmenes y los materiales, que van desde el fieltro al látex, explora creando siluetas volumétricas y texturas de grandes relieves. A través de sus vestuarios surrealistas, la diseñadora experimenta y nos transporta a otros mundos y otras décadas.
Innovar en la industria y mantenerse en la vanguardia de las tendencias pasa hoy en día también por ir alineado a los valores de la sostenibilidad y moda ética. Pero pese a que Cánovas no se define como una marca sostenible, es sin duda uno de los retos de su firma homónima. Sus colecciones están íntegramente producidas en Europa con restos de stocks y algodón 100% orgánico. Entre sus puntos de venta cuenta con Dover Street Market. Entre sus hits, el modelo Diablo de la colección de máster, un zapato de doble punta que ha sido repetido en decenas de variaciones, materiales y colores y que en su día fue el favorito de Instagram.
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