El viraje que GUCCI ha experimentado en los últimos años es obra y gracia de un empeño total de Alessandro Miele por llevar la moda hacia un universo artístico y performántico plagado de personajes de una película vintage. Y esa es la esencia de OUVERTURE of Something that Never End, una pieza en 7 actos dirigida por el director creativo y Gus Van Sant, donde se muestra la última colección de la marca de lujo.
Los 7 episodios, protagonizados por la artista y performer italiana Silvia Calderoni, se han presentado del 16 al 22 de noviembre, de 1 en 1, y ya podéis verlos del tirón. Importante: en youtube tenéis toda la info sobre la música de cada capítulo, es una selección heterogéna y acertada que entremezcla recursos diegéticos y extradiégeticos*. El argumento base es sencillo, un día cualquiera en un mundo GUCCI extravagante y costumbrista a la vez, una rutina inverosímil y acogedora. Y sí, es una peli de moda, algo inédito como género donde convergen fashion films, cine de autor y moda como temática central. Esto lo explica mucho mejor Carlos Primo en su charla sobre CINE y MODA para LA RE MODA.
Vamos a desgranar un poquito:
Me cautivó el yoga libre en el salón y me atrapó el testimonio del arquitecto y filósofo Paul B. Preciado. Ya te das cuenta de que va a ser todo muy stendal, te enganchas de Silvia y de ver prendas y accesorios bonitos. Quizá no sea el episodio más brillante pero el cierre con el adorable personaje en bicicleta me hizo querer más.
Empiezan los diálogos, filosóficos y poéticos. Una sucesión de encuentros alrededor de un café donde se baila con modelazos y se puede charlar en pelotas sentad+ en la barra. Se abre el abanico de personajes y cierra con un momento surrealista que apunta al episodio central.
La espera, la interacción sosegada, y dosis de ternura. Los palabras, las notas, los mensajes, son hilo conductor y en este episodio son las protagonistas. Atención al trabajador de correos más cool que hayas visto nunca y a la conversación telefónica llena de perlas sobre la relación entre moda y arte.
Mi episodio favorito. La escena de la imagen en maravillosa, ilustra a la perfección que el disfrute y la calidad brotan cuando nuestra estima está bien asentada, aunque sea por un ratito. Para mí es el momento cumbre de la propuesta y me ha hecho reflexionar aún más -WOW- sobre los vínculos intrínsecos entre música, moda y baile y sobre cuánto debería aprender la moda del vestuario, entendiendo los elementos de un outfit como aquello que te representa a ti, con tu físico, con tu manera de ser y estar. Al final importa cómo te expresas, da igual si te van los looks sofisticados renovados a diario como si te gusta ir siempre con el mismo chandal. Que sean de GUCCI o no lo dicta don dinero, pero ahí queda la idea.
Aquí se sobrevuela la convivencia y nos reconocemos en algo tan cotidiano como molestar a los vecinos con el volumen de tu música -aunque no tengamos banda en directo :-)-. Nos regala momentos preciosos como el afeitado de un cuello infinito o el cuidado sumo de unas pestañas postizas. La sacada de contexto de Billie Eilish saliendo de una tv enana mola +_____+
Mi otro episodio favorito. Visitar una tienda vintage -y me vale un montón del rastro- es emocionante. La escena inicial me ha hecho pensar en Memento, en cómo se despiertan emociones conectadas a personas de nuestra vida, a olores, a tactos, a través de ropa que ha vivido desde hace tiempo. En este caso se trata de productos nuevos, pero trabaja desde la nostalgia contemporánea y funciona. Hay una escena maravillosa en la que Silvia se está probando unas gafas de sol tremendas que me ha recordado esos momentos de diversión que la moda nos ofrece porque nos permite jugar a vernos distint+s.
Llega la noche y florece el amor en forma de poesía bilingüe a través de un microlarbi. Ese tijeratazo al vestido rojo tras la sesión de plancha con mimo parece una declaración de intenciones que recoge el posicionamiento del primer episodio. Y el elenco de personajes ultra cool saliendo del portal te hacen darte cuenta de que las cosas se pueden contar de otras maneras, que cuando la moda se alía con el arte pasan cosas buenas. Como broche final un paseo nocturno en moto por Roma, un cierre clásico y por supuesto abierto, ¿continuará?