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2020 no es un año como los demás. Los últimos meses ciertamente no lo son. Ni como 2019 ni mucho menos como 2010, cuando estábamos en mitad de la crisis de 2008. No nos encontramos únicamente ante la previsión de una crisis económica de la que unos saldrán enriquecidos y otros saldrán empobrecidos. Me disculpo por este aluvión de noes, a veces para poder definirnos tenemos que hacerlo desde la negación. Por eso repito: 2020 no es un año cualquiera, es el año en que la conciencia medioambiental y ética, la importancia de los valores humanos y la creatividad surgida de la necesidad nos van a llevar a un nuevo futuro. No me llamo ingénua, me explico:  Este es un futuro que se plantea incierto, es difícil hoy saber qué será la norma en 2022, pero pretender que pasado todo volveremos a la vida pre 2020 es engañarse, porque aunque lo intentemos es imposible, muy especialmente en moda. Hay cosas que no van a cambiar, pero hay muchas otras que sí.   

Cuando en mitad de la pandemia por COVID-19 se plantea la necesidad de presentar algo durante las fechas de la semana de la moda masculina, capitales como Londres, París y Milán se apresuran a crear un marco y metodología de actuación para permitir a las marcas presentar su propuesta Primavera-Verano 2021 de forma digital. Y aparece la polémica, detractores y partidarios se lanzan a discutir qué formato es el más apropiado/interesante/emotivo.   Por alguna razón, quizá genética, costumbre o simplemente el modo en que la mente humana está configurada, cuando nos encontramos ante cualquier cuestión que escapa lo conocido, tendemos a desarrollar varias líneas de discurso para tratar de desmontarlo. A saber:  

  1. Comparamos lo nuevo con lo ya existente, aunque sean cosas imposibles de comparar. El sentimiento de ver algo en vivo no es comparable al de ver algo en digital y el formato no puede ser el mismo, pero todos disfrutamos hablando por zoom o facetime con la gente que queremos cuando es imposible verse en persona.

  

  1. El apego a lo que conocemos nos lleva a desconfiar de lo nuevo, nos resistimos al cambio. Ver una propuesta a través de un fashion film en absoluto anula la posibilidad de verla en desfile, no son formatos excluyentes sino complementarios.

 

  1. La forma tradicional de hacer las cosas hace que de entrada tomemos todo lo nuevo con cautela, como si la inexperiencia anulase la valía de algo. Esto es algo muy instalado en la forma de pensar de la vieja Europa, aquí hace falta tener una sólida trayectoria o antecedentes familiares para ser recibido con los brazos abiertos. 

  Considerando que la moda es de por sí cambio, ya que es un sistema que basa su supervivencia en lo nuevo, todo esto es un poco absurdo.   

La propuestas de las Semanas de la Moda Masculina que las marcas han presentado han sido de lo más dispares, aunque hay varios grupos diferenciados, (cierto es que no todas las propuestas han sabido estar a la altura, o quizá es que su base de clientes no necesitaba una rabiosa actualidad), muchas marcas se han rascado la cabeza mirando impotentes ante lo que la situación exigía. Aún así la creatividad y la variedad han estado bien presentes:   

  • Por un lado están las propuestas explicativas de la colección, tipo Dior, Berlutti o Loewe, parecido a la charla post desfile con los periodistas, pero mucho más rico en detalles.
  • Por otro los fashion films, un género que amenazaba con quedarse estancado y que, a menudo con la danza como hilo conductor ha visto un auténtico resurgir; entre los más interesantes el de Phipps (tipo trailer de peli), Woongyoungmi o Smaalto.
  • Por otro los tipo documental celebrando la historia de la marca como Missoni, Balmain o Dunhill.
  • Luego estarían las múltiples propuestas de variación de desfile pero con las mismas bases, tipo CMMN SWDN, Lemaire o We11done.
  • Y por último los de animación, una locura alucinante a la que se han apuntado Louis Vuitton, Ziggi Owen, Maison Mihara o Kid Super.  

Volviendo a la idea de este artículo, que es refutar la tan traída y llevada afirmación de que las opciones digitales no generan la misma emoción que un desfile, os dejamos aquí una selección de las nos han emocionado especialmente por diferentes razones, apoyándose en su propia diversidad de formatos. No se trataba de analizar las propuestas de tendencias o estéticas, sino la respuesta emocional al formato.   

Estas son nuestras 5 Favoritas:   

WALTER VAN BEIRENDONCK  

   

 

DOUBLET 

   

 

BOTTER

   

 

JIEDA 

   

 

ZEGNA 

   

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