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BERNADETTE CORPORATION y su legado en 5 marcas

‘Another world is possible.’ But I am another world. Am I possible?’- BC

Nueva York, principios de los 90. Ser joven se convierte en un valor de culto, la economía de lo cool alterna las raves con el indie rock, la Generación X ya tiene edad para consumir y un grupo de jóvenes creadores se une para formar Bernadette Corporation. Eligieron el formato de corporación para no tener que definirse y esto les permitió mantener el anonimato en contraste con la figura del artista celebrity. Compartían el interés por la apropiación y otras expresiones del détournement, y les interesaba la moda porque en ese momento la industria funcionaba como una especie de internet. Era tanto un sistema como una imagen y se movía a gran velocidad. La moda operaba de conexión frenética entre la calle y las oficinas. Como plataforma experimental, BC colaboró durante dos décadas en moda, cine, literatura y arte, además de organizar fiestas, que fue la actividad que les sirvió de lanzamiento. 

En esta década se empezó a dar valor a un territorio antes virgen para las garras capitalistas- la subcultura y sus imágenes, y lo que es peor, se puso precio a las identidades marginales. Como consecuencia, las multinacionales de moda transformaron lo alternativo en productos disponibles para el gran público. Rechazando esta nueva deriva y con altas dosis de ironía, BC tomó prestada la estética vernácula de las distintas etnias que conviven en Nueva York y la incorporó a su imaginario. Incluyeron también logos corporativos e imitaciones de marcas deportivas profetizando el auge de la ropa de deporte que vendría después. 

BC presentó su primera colección F/W 1995 en el emblemático club del punk rock CBGB. En 1999 lanzaron una revista impresa llamada Made in USA en la que combinaban el tono poético y el burlón, hacían crítica de películas y escribían sobre teorías filosóficas. En 2003 presentaron Get rid of yourself, un ‘anti-documental’ de una hora que combina imágenes de las manifestaciones anti-globalización del G8 en 2001 y termina con Chloe Sevigny leyendo un fragmento de Impero. El último proyecto de la corporación fue la publicación de un libro de poemas y fotografías, The Complete Poem, en 2009. 

El legado de BC sigue vivo en diseñadores y marcas que han surgido en esta última década: son críticos con las prácticas de la industria, y proponen nuevos órdenes readaptando disciplinas y reutilizando materiales. Entre estas marcas se encuentran Lou Dallas, Gauntlett Cheng, Vaquera, Area y Women’s History Museum (dejaré aparte a Eckahus Latta, como la marca que abrió la vía para esta nueva hornada de diseñadores). Al igual que BC, estas marcas desafían el modus operandi establecido, hablan de la moda como algo performativo e inclusivo y coquetean con el mundo del arte. El rasgo común es el cariz colaborador y comunitario, la obsesión por el upcycling  y el espíritu anti-corporativista traído de los años 90. Todas se apoyan en una red multidisciplinar: quiénes desfilan sus colecciones, dónde se llevan a cabo los desfiles, de qué modo comunican …etc., evidenciando que son sensibles al marco y al contexto donde se ven presentadas.

 

1.-Lou Dallas

‘Think otherwise’

Raffaella Hanley trabaja en un universo lleno de magia y fantasía. Propone piezas fruto del azar y concibe sus colecciones como collages de oportunidades para los materiales que recicla. Es fan del true romance y salpica sus diseños con elementos románticos como volantes, drapeados y colores pastel. 

 

2.-Gaunlett Cheng

‘The clothes say where we are at in our lives’

Para Esther Gauntlett y Jenny Cheng la ropa es la expresión de sus momentos vitales. Empezar a construir una colección es casi terapéutico, dicen que así se enfrentan a sus preocupaciones, ansiedades y frustraciones. Para las diseñadoras, sus colecciones sólo adquieren sentido cuando ven a su gente más cercana llevando sus prendas. Las fibras naturales, como lana y papel, son su preferencia para sus creaciones, son gender fluid y reivindican la presencia de todo tipo de cuerpo bien sea desnudo, vestido, normativo o disidente.

 

3.-Vaquera

‘True chic is about confusion’

La misión de Patric DiCaprio, Claire Sullivan, David Moses y Bryn Taubensee es hacer ropa que una a la gente que se siente outsider. Vaquera habla de sus colecciones como historias de ficción en clave de humor que intentan destruir el mundo del lujo. Mezclan lo sagrado y lo profano. Consideran el acto de vestirse como una militancia política y de expresión.

 

4.-Area

‘The business part of what we’re doing informs the design completely’

El repensamiento de los métodos convencionales de fabricación es uno de los pilares de esta marca creada por Beckett Fogg y Piotrek Panszczyk. Su estilo es multifacético y sus piezas son reconocibles gracias al modo exquisito de trabajar sus materiales. Pasan la mayoría de sus tejidos por una máquina de estampado, y luego estas telas son carried over (se repiten temporada tras temporada) creando una imagen sólida y reconocible. Son amantes de lo clásico recontextualizado y se inspiran en el glamour del siglo pasado.

 

5.-Women’s History Museum

‘Being cool often trumps having a conscience’

Amanda McGowan y Mattie Barringer consideran el nombre de su marca una broma, una crítica a los museos como instituciones de élite. Se burlan de la obsesión en el arte y en la moda de coleccionar objetos. Trabajan con materiales, métodos y estéticas que tienen una conexión histórica con la domesticidad y la feminidad. WHM es probablemente la marca que recoge en su filosofía más puntos del manifiesto de BC.

 

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