artwork cortesía de Javier de La Blanca
En LMQNP teníamos muy claro que queríamos adentrarnos cuanto antes a tratar la DIVERSIDAD.
Es un tema profundamente relevante y sensible, un tema recurrente que ahora además está de moda, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva. Así, se toma conciencia y consciencia profundizando en el debate a riesgo de que el término pierda valor de tanto usarse, emborronando con ese hastío todo lo conseguido.
El tratamiento que la moda y la sociedad hacen de la cuestión Diversidad lleva en ocasiones a que percibamos el interés que demuestran como algo oportunista o incluso maniqueo. Estamos ante una cuestión compleja que debería ser sencilla.
Cuando se aplica ese “branding” a conceptos importantes como el que hoy nos traemos entre manos, es necesario ser prudentes y centrarnos en lo evidente: que entender, vivir y convivir con las múltiples maneras en que somos personas, de un modo natural y genuino, es la meta. Y que el recorrido no es fácil, tod+s estamos influenciad+s en mayor o menor medida por patrones adquiridos. La educación, como siempre, es la clave para avanzar. Debemos escuchar-detectar-aprender-desaprender… y así en un bonito loop, ir valorando los avances frente a los reproches desde lo constructivo.
Como además estamos en la semana del orgullo LGTBI el tema está que arde; son momentos de ver avances y retrocesos, de tomar el pulso a cómo la sociedad convive con su propia diversidad. Para ilustrar este episodio hemos tenido la suerte de contar con una imagen Javier de la Blanca que ahonda en la reacción de la sociedad ante lo diferente. Ante la prohibición del supremo de permitir la colocación de banderas no oficiales en los edificios que sí lo son, la sociedad ha tomado sus propias iniciativas para dar espacio a lo que considera importante. Al final, las cosas van cayendo por su propios peso, con o sin políticos.
Por otro lado, a nivel inmigración, la invisibilidad sigue siendo la norma. Las comunidades que viven en España se topan con una sociedad que no sabe comprenderlos y debido a ciertas práctica recurrentes de la política, se se ven culpados todos los problemas del país y cero reconocidos en su labor. De esto ya elaboramos largo y tendido aquí.
Nos acompañan hoy dos creativos a los que admiramos muchísimo y cuya trayectoria ilustra esa intención de ampliar la miras y la tolerancia de este país. Stephanía Yepes es editora de moda y estilista, creativa comprometida y luchadora que busca empoderar a la mujer y las raíces propias a través de una narrativa única en el país.
Alex de la Croix es videoartista, performer, icono y cómica. Su trabajo profundiza en la dilución de género de una manera desafectada. Esta pasión por la performance la viene desarrollando desde hace años junto a su socio Juan Gómez en La Juan Gallery, un espacio que se ha consolidado como un referente en la capital.
De ambas se puede hablar largo y tendido, pues sus trayectorias, creatividad y puntos de vista son fascinantes, de hecho nos gustó tantísimo el rato que pasamos con ellos que os hemos dejado un clip con contenido extra para que podáis escuchar la entrevista al completo. La verdad es que no tiene desperdicio.
Como Alex nos comenta en la imperdible parte dos de la entrevista, ella no tenía necesidad de estar siempre explicándose, pero si eso es lo que va a ayudar a que la sociedad cambie un poco más, pues seguirá contándole al mundo con esa dulzura suya por qué es importante ser diferente.