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Mucho ruido y pocas nueces. Recibimos cientos de miles de estímulos visuales cada día, decenas de mails bombardean nuestra bandeja de entrada a cada paso que damos, y el imbatible –y omnipresente- hiperconsumismo se esfuerza en hacernos partícipes de un juego que rara vez atiende los intereses de las minorías. Cuando todas nuestras necesidades parecen estar cubiertas surgen otras nuevas, convirtiéndose en requisitos imprescindibles –y que han de ser respondidos inmediatamente – para poder seguir con nuestras vidas. Detrás del enrevesado engranaje, un gigante monstruoso que a la vez que ignora a su pueblo, posa su mirada en un gueto privilegiado dispuesto a escucharle.

La industria de la moda no es ajena a esta realidad. Las temporadas se suceden a un ritmo vertiginoso, los todopoderosos “innovan” haciendo de sus productos estrella el ítem más deseado del año a base de relanzamientos y los agentes con capacidad de decisión avanzan decididamente sin mirar hacia los lados, como si de un desfile de Chanel en el Grand Palais se tratara. Detrás del portentoso despliegue de medios, un discurso vacío que poco tiene que ver con el día a día de los asistentes al gran evento.

De repente, se me viene a la cabeza el último documental de Leo Adef, Safe, estrenado hace tan solo unos días. Una exquisita pieza audiovisual que nos sumerge de lleno en la escena ballroom de Berlín. Y digo sumergir porque, lejos de construir el relato a partir de sus opiniones y creencias, el fotógrafo da voz a los verdaderos protagonistas de la historia tratando de entender el porqué de sus acciones. Una diferencia que, a priori, podría parecer insignificante y que, sin embargo, conlleva una alteración mayúscula en el mensaje.

 

 

  SAFE from leo adef on Vimeo.  

 

 

¿Acaso no debería hacer lo mismo la moda? La inclusión en términos de representación es motivo de celebración pero, ¿se está escuchando realmente a los afectados? ¿Se está dando respuesta a sus reclamos? Son muchos los sujetos –entendidos como nichos de mercado en el campo empresarial- que, aún a día de hoy, no ven cubierta una necesidad tan básica como ‘el vestir’, definida como ‘fisiológica’ por el propio Maslow. Y situada al mismo nivel que el alimento, el dormir o el aire que respiramos.

Los prejuicios, los clichés y el rancio pensamiento promovido por muchos (por suerte, cada vez menos) juegan en contra del avance. Pero la moda será diversa, o no será. Y los 3 proyectos que descubrimos en nuestro capítulo de hoy, así lo demuestran.

 

 

Translingerie 

 

Teta & Teta

 

Syro

 

Y para postre el precioso proyecto ONE in TEN fotografiado por Nick Knight y publicado en DAZED en el año 2000, que ponía el foco en un argumento evidente: Si el cancer de mama afecta a una de UNA de cada DIEZ mujeres, ¿por qué no tiene visibilidad en la fotografía de moda? La editorial retrata la belleza de mujeres cuyos cuerpos se han visto alterados de diferentes modos por el cancer de mama, y nos transmite que diversidad está presente en cualquier forma de naturaleza humana. Esperamos que no paren de florecer iniciativas que nos tengan a tod+s en cuenta.

 

 

 

 

 

 

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